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Casatoreros Colombia presentó el segundo cartel de la temporada bogotana, con una nomina de rehileteros y el debut en de la dehesa de El Manzanal. Un cartel que a todas luces era para taurinos y no para la galería. Al final, los que asistimos podemos dar un balance claro de lo vivido en el coso de la calle 26.

Lo que no se vio

  • En las horas de la mañana se realizó una misa íntima en la pequeña capilla de la plaza.
  • La corrida sorteada fue variopinta. Negros, castaños y jaboneros sucios.
  • La plaza registró medio aforo en los tendidos.
  • Con la corrida se celebraban los 89 años de la hermosa plaza capitalina.
  • Lamentablemente, se prohibió nuevamente por parte de la empresa, el ingreso a la plaza a tauriniar, es decir compartir con la familia taurina. Que mal que se prohíba el ingreso a la casa de todos y lo peor sin ninguna justificación lógica.
  • A la hora de la corrida, 1:30, la Policía, de manera errónea, impidió por algunos filtros el ingreso a las inmediaciones de la plaza. Mala cosa que para el fútbol se permita todo y para las corridas de toros la alcaldesa, a través de su policía, ponga todas las trabas.
  • Claro que también hay que decir, que para completar se redujeron los filtros de seguridad. Bonita equidad la que promueve la señora López.
  • La amazona montó muy bien, pero lució un deslucido y desafortunado sombrero cordobés.
  • La cuadra de caballos de pica, luego de muchos años, no fue de Don Feliz López. Los jamelgos son de la cuadra de Héctor del Busto.
  • En el paseíllo hubo un minuto de silencio en memoria del matador y empresario Pedro Domingo, quien en la semana anterior realizó su paseíllo celestial.
  • Jesús Enrique Colombo, quien confirmó alternativa, con un traje celeste, oro y detalles en blanco.
  • Con el primero de la tarde, en la capa poco nos dejó el venezolano. Eso sí con calidad.
  • Hubo tumbo a Cayetano Romero.
  • Colombo pidió al palco que se le cambiara el tercio, sin que se hubiese por lo menos marcado el puyazo.
  • Segundo. Sebastián Vargas, con un terno azul noche, oro y cabos blancos saludó a un castaño bien presentado.
  • Con la capa el cucuteño arrancó las primeras palmas, tras unos lances con mucho garbo y empaque.
  • Hubo dos tumbos a Clovis, tras arrancarse de largo en ambas oportunidades, el bonito burel.
  • Las banderillas también por terna. Vargas, Escribano y Colombo.
  • Escribano por delante. Un par traserísimo. Colombo repitió formula. Vargas en todo lo alto, con poder y buena ejecución.
  • Se devolvió el ritual de la confirmación de Colombo y brindó al público.
  • La motera de Vargas, tras el brindis, rompió las leyes de la física, al arrojar su montera al aire y caer parada lateralmente. Posición en la que permaneció por varios minutos, hasta que cayó bocarriba.
  • Con la muleta Sebastián, en los bajos de sombra, por bajo, embarcando al encastado Manzanal.
  • La faena de Vargas fue muy pensada. Tras cada tanda, un espacio y luego temple y recorrido de largo trazo.
  • Con la muleta en la cara había repetición.
  • Las embestidas del castaño fueron a menos. Más virtudes en Vargas que en el toro.
  • La faena mereció música y el palco no sé motivo con lo bien hecho por el cucuteño.
  • Estocada con decisión y buena ejecutoria.
  • Petición en los tendidos para el torero nacional.
  • Palmas al toro.
  • Manuel Escribano partió plaza con una traje, nazareno, oro y detalles en blanco.
  • Con la capa saludó con dos largas cambiadas, a un jabonero sucio, de bonita estampa.
  • Por chicuelinas el español llevó al burel a la cabalgadura de Viloria. Buena vara del espigado piquero.
  • Escribano quiso que las banderillas nuevamente fueran por terna, e invitó a sus compañeros.
  • Por delante Colombo, en todo el centro un par en lo alto. Vargas al violín. Rápido y efectivo. Escribano con complicaciones, porque el toro se aculo a tablas y así a los palos. Palmas de reconocimiento.
  • Escribano no bajó el tono con la muleta, el toro se aculo en la puerta del toril y el español se robó hasta el último muletazo.
  • Palmas a la voluntad de Escribano, aún cuando era imposible hacer algo.
  • Con la espada, Manuel se equivocó y dejó un bajonazo.
  • Con el 4, Vargas saludó de capa a un negro Santacoloma.
  • Con las banderillas de Vargas no tuvo suerte.
  • Con la pañosa hubo ligazón a un Coloma que perseguía.
  • El balance de Vargas, hubo nobleza en el toro y voluntad en el nacional.
  • La lluvia llegó y acabó con la tarde.
  • Otro Santacoloma como 5.
  • Bonitas verónicas de Escribano.
  • A pesar de la lluvia, Escribano no rehuyó el compromiso de los palos. 4 pares.
  • Con la muleta 4 estatuarios en todo el centro, arrancando lentejuelas.
  • En la muleta Escribano quiso. Voluntad y torería con música de fondo.
  • La espada presurosa no firmó lo bien hecho por el rubio español. Recado presidencial al filo de la echada del negro toro.
  • División de opiniones para el toro en el arrastre.
  • Vuelta ovacionada al pundonor para Escribano.

Lo bueno

  • El tercio de banderillas del primer toro. Vargas muy bien, arrancó palmas.
  • Escribano, en lo alto y con palmas.
  • Colombo con poder y palmas.
  • El brindis de Colombo a José Roso, quien fue mentor para Colombia del joven torero.
  • La suerte de varas del segundo, primero de Vargas. El torero nos dejó ver cómo un piquero torea de a caballo. Dos varas de largo y dos tumbos.
  • Las embestidas e ímpetu del segundo, un castaño, buen mozo, con casta, trapío y emotividad.
  • La técnica del cucuteño, dejando ver el toro en toda expresión.
  • Los silencios profundos y enigmáticos de Bogotá.
  • Las palmas del público entendido de Bogotá, frente a una buena y entonada faena de Vargas.
  • Las palmas al toro en el arrastre.
  • La pelea en el caballo del 4.
  • En las banderillas del 4 se fueron las luminarias.
  • El temple del 5 en el capote.
  • La voluntad del español para colocar los palos a pesar de la lluvia.
  • Escribano hizo a un lado la lluvia y puso la carne en el asador.
  • El público vitoreo la labor del torero.
  • La vara de Reinario Bulla al 6.
  • Los tres pares de Colombo al que cerró el festejo.

Lo malo

  • El gallego en el primero no salió como se esperaba, el toro no dio continuidad en recorrido.
  • El primero: un negro que media las embestidas, miraba y complicaba el trasteo.
  • La espada muy mal ejecutada y peor dejada.
  • Las equivocadas palmas en el arrastre del primero. Fue bonito y ya. De casta nada, de problemas todos.
  • El segundo prometió mucho, pero no todo fue de buen sabor. Reculó, tardó y escarbaba.
  • El tercero duró muy poco, en banderillas se aculó a tablas.
  • Escribano no brindó.
  • De tironcillo trató de sacar el toro. En el centro del ruedo duro poco y buscó la puerta del toril.
  • El 4, aunque tenía fijeza, también dobló remos en varias oportunidades.
  • La lluvia en el 4.
  • El sexto se apagó muy rápido y se robó la ilusión de Colombo.
  • Los arreones del toro buscaban la humanidad del venezolano.

Lo feo

  • En la mañana nos prohibieron el ingreso al sorteo, y pueden reservarse el derecho a permitir la entrada, pero a la plaza es denigrante. Es denigrante el hecho de tener que mendigar el paso a la plazoleta de la plaza. Nada quita y sí da mucho a los taurinos.
  • El palco no musicalizó la faena técnica de Vargas.
  • El tercero de la tarde, de bonito pelaje jabonero sucio, pero altivo de agujas.
  • El bajonazo que dejó Escribano a su primero.

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