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Gustavo Petro, presidente de Colombia - Foto EL TIEMPO

Gustavo Petro, presidente de Colombia – Foto EL TIEMPO

Gustavo Petro, presidente de Colombia, habría presentado problemas estomacales, por una posible intoxicación, mientras se encontraba en el consejo de ministros el pasado miércoles en Riohacha.

Y eso no es un tema menor, porque la salud del presidente no es algo privado, es un asunto de seguridad nacional, y es necesario que el país sepa cómo está realmente Petro.

Pero no es solo la famosa intoxicación, es también urgente que se le pida un examen general donde también se evalúe su condición mental.

Por eso decimos que la salud de Petro es asunto de seguridad nacional, porque los colombianos debemos estar seguros que  el presidente se encuentra en plenas facultades para gobernar.

En sus continuas ‘alocuciones’ el presidente expresa incoherencias, como lo que dijo en su reciente viaje a Alemania cuando se refirió a la caída del Muro de Berlín:

“Después de una gran noche neoliberal como la llamamos nosotros, neoconservadora le dicen otros, que por décadas tres o cuatro décadas ha dominado al mundo, fundamentalmente a partir precisamente ese lugar geográfico y del derribo del muro de Berlín, trajo una oleada neoconservadora, una destrucción del movimiento obrero a escala mundial, un debilitamiento formidable y una pérdida entonces de valor de la izquierda”

Sus palabras fueron cuestionadas por gran cantidad de críticos en Colombia y fuera del país, desde historiadores hasta grandes pensadores.

Pero ahí no acaba la cosa, en Francia hizo un oso mayor al referirse al criminal Pablo Escobar:

¨Pablo Escobar no es hijo del pueblo colombiano, es hijo de la oligarquía colombiana que lo generó y lo construyó”.

Hay que recordarle a Petro que Pablo Escobar financió al M19 para que se tomara el Palacio de Justicia y quemara los expedientes en su contra, y que él (el ahora presidente) pertenecía a ese grupo criminal

Y qué decir de otras perlas de Petro en sus intervenciones dentro y fuera del país, sin ir tan lejos, en la misma Guajira donde se ‘enfermó’, prometió un nuevo aeropuerto en lugar de mejorar el de Riohacha:

“Si se construye una pista aérea para vuelos internacionales en el norte de La Guajira se presenta una serie de proyectos turísticos que deberían ser de asociación Wayuú”.

Esa fantasía es igual a la de campaña donde hablaba de un tren elevado entre Buenaventura y Barranquilla, absurda propuesta que aún mantiene como presidente, se salen de todo manejo y vislumbran que definitivamente su lucidez está en entredicho.

«El Gobierno no es ingenuo. Pensar un tren complementario al canal de Panamá no es una ingenuidad. El Gobierno ya ha recepcionado varias solicitudes que se tramitarán de acuerdo a la ley de app, que implica antes que nada los estudios y luego la concertación social», expresó Petro en su cuenta de Twitter.

En Estados Unidos, a Trump, cuando era presidente, se le exigió un examen médico que corroborara su capacidad para gobernar y en este momento le están solicitando lo mismo a Biden quien se da la mano con Petro en el nivel de incoherencias que formula a diario.

Claro que haciendo uso del adagio popular: ¨Es más caro el remedio que la enfermedad¨, ¿qué le podría esperar a nuestra sufrida Colombia si Petro es declarado no apto para ejercer su cargo y quedáramos en manos de Francia Márquez actual vicepresidente?, pues ¨De Malas¨.

Para finalizar nuestro artículo debemos decir que nos han llegado muchas preguntas acerca de si es posible destituir un presidente en Colombia y la respuesta es la siguiente:

La Constitución colombiana, en su artículo 194, contempla un conjunto de faltas específicas por las que el presidente podría ser alejado del cargo durante su mandato. Entre ellas, figuran las faltas absolutas como su muerte, renuncia aceptada, destitución decretada por sentencia, incapacidad física permanente y el abandono del cargo, así como las faltas temporales por licencia y enfermedad.

Durante la vigencia de la Constitución Política de 1991 no se ha destituido a ningún Presidente de la República.

La Constitución prevé la posibilidad que el presidente sea destituido tras un juicio político en el Congreso (la Cámara de Representantes investiga y acusa; el Senado juzga) por causas constitucionales. Entre ellas se encuentran delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones e indignidad por mala conducta, de acuerdo con el artículo 175.

Y esto es de nuestra propia cosecha: La mala conducta, aparte de otras faltas enunciadas en el artículo, podría ser un argumento de peso en contra de Petro por sus reiteradas ‘escapaditas’, sus frecuentes incumplimientos en eventos públicos y privados donde se le requiere y cuando hace quedar mal el país con sus declaraciones contradictorias y fuera de tono.

P.D. A todo colombiano, trabajador de a pie, su patrón, le pide explicaciones cuando no asiste a su trabajo, se ausenta sin explicación, no tiene excusas suficientes o demuestra incapacidad para ejercer su cargo, ¿por qué no aplica para el presidente?


Giovanni Agudelo Mancera

Periodista

A.C.L.- Acord – CPB

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