En cartelera: Coco, un gran acierto de Pixar

Coco llega para hacer resurgir a Pixar luego de su último éxito (Inside Out). Se trata de una inmersión en la cultura mexicana y el aclamado ‘Día de los muertos’. A su vez, es una historia para todo público, atreviéndome a decir que en su mayoría, para adultos. El balance general es muy positivo, por eso puedo decir que Coco la sacó del estadio.

Miguel es un niño que vive en Santa Cecilia y quiere ser cantante, pero su familia está en contra de la música, así que deberá encontrar la forma de seguir su sueño sin importar ese obstáculo. Hasta aquí podría parecer una película con una estructura clásica en la cual el ‘héroe’ tiene un objetivo, y este objetivo se ve frustrado por un ‘obstáculo’. Y sí. Pero es más que eso.

El guion es una maravilla, y si bien es predecible en algunos casos, por otro lado está lleno de magia. Frases tan sencillas como ‘es inútil negar lo que has venido a hacer al mundo’ nos recuerdan que así es como se aprende en la vida, con sencillez, y que no debe ser tan complicado seguir los sueños. Los personajes están bien estructurados y saben lo que tienen que hacer y cuando lo deben hacer. La historia nos recuerda, sin duda, el origen de las telenovelas mexicanas y sus enredos familiares, pero esto se siente tan a propósito que en lugar de molestar, refuerza la cultura en su totalidad.

Las voces principales son interpretadas por el exparticipante de La Voz Kids México Luis Ángel Gómez (Miguel), el actor Gael García Bernal (Héctor), el cantante Marco Antonio Solís (Ernesto De la Cruz), la escritora y activista mexicana Elena Poniatowska, (Mamá Coco), entre otros.

Un elemento muy valioso de Coco es lo que pasa después de verla. Más que pensar en la película, se piensa en la vida misma, y eso la hace una película importante. Desde leer acerca de los animales como guías espirituales hasta pensar cuáles son las prioridades de nuestra vida, son las sensaciones que quedan luego de la proyección. En definitiva, Coco enseña.

Es además, visualmente exquisita. Está llena de texturas y colores. Pero esto no cansa, por el contrario, refuerza. Quieres ver más. Por ejemplo, el personaje de Mamá Coco pareciera salirse de la pantalla, es impresionantemente real y se roba todas las miradas. La música va al punto exacto, las melodías y las letras llegan al corazón y personalmente me transportan a Chavela Vargas, con esos mensajes simples pero a la vez desgarradores que van al alma.

El director describe la película como «una carta de amor a México». Y creo que es aquí importante pensar en Coco dentro de la era Trump. Y estamos hablando de la primera película estrenada por Pixar desde el mandato del presidente, y además, su primera cinta cuyo protagonista no es de piel blanca. Aquí, el mensaje ya es claro.

Coco abre una brecha que viene forjándose hace un tiempo, una brecha de realidades latinoamericanas a través del cine. Y se pone al frente de una necesidad de contar y esparcir la cultura por medio del mismo. Independientemente del país, lo importante es el contexto que hace especial a cada uno.

Ahora bien, para terminar, puedo asegurar que cualquier cosa que no guste a lo largo de Coco, se perdonará en la secuencia final. Es la mejor de toda la película. Está medida a la perfección, tiene un objetivo claro y lo cumple a cabalidad.

Se convirtió en la película más taquillera en la historia de México. Es ahora el cuarto mejor estreno en un fin de semana de acción de gracias. Su taquilla ha recaudado, hasta el momento, 153.4 millones de dólares a nivel mundial. Pero más que cifras, Coco es corazón. En resumen, todo lo que pueda decirles de Coco, se tornará insignificante cuando sean ustedes los que se enfrenten a la pantalla.

Como dato curioso, es la primera película que veo en la que se aplaude tras los créditos.

9 claquetazos de 10.