Tres meses después, «Vicenzo» sigue ahí…

…como si nada. Sin su ene, pero también sin la tilde en «Lombardia» y, para completar el trío de errores, con el cambo de género en «el clásico».

Aquí, el enlace correspondiente, a fecha de hoy:  Vicenzo, clásico y Lombardia.

En este caso de reporte de titulares con incorrecciones -publicado en Twitter en octubre pasado- como en muchos otros, pasan los días y los meses sin que nadie «se haya tomado el trabajo» de corregir lo que quedó mal escrito. No está claro si es que con el correr del tiempo el asunto se olvida, o si pasa a ser de menor importancia, o si se considera que ya no vale la pena gastarle tiempo a la cosa porque el tema perdió vigencia; y se va llegando a cierto nivel de impunidad en el que los errores, grandes o pequeños, van convirtiéndose en poco menos que «invencibles».

Pero como «lo escrito deja huella», las consecuencias de los errores no corregidos siguen invariables: el desprestigio para el autor, la mala imagen para el medio y, más grave todavía, el engaño para el lector desprevenido o desconocedor de la palabra mal escrita, quien terminará validándola y perpetuando su uso, quién sabe hasta cuándo.

Y así como este, son muchos los ejemplos de «errores aparentemente incorregibles» que podrían mostrarse aquí. Pero por motivos de tiempo y de espacio, apenas compartiremos dos pares más, a continuación.

Enlace actual:  Santader

 

Enlace actual: submarido

 

Enlace actual: panañemo

 

 

Enlace actual: blindadados

 

Y al tratar de justificar lo que quedó mal hecho, se dirá que «son gajes del oficio», que la prisa, que el afán por la «chiva», que la «disteclia», y que «a cualquiera le puede suceder». Pero también es cierto que es preferible corregir a tiempo antes de publicar, para evitarse la vergüenza de tener que rectificar cuando ya se puso en evidencia la falta de calidad en el proceso de redacción.

Además, para corregir, nunca será tarde…

Muchas gracias por sus opiniones, comentarios y sugerencias en las direcciones de correo jalgarsa@gmail.com y cualquieraseequivoca@gmail.com

 

 

 

 

 

 

Jairo Alberto García Sánchez

Internauta por obligación. Ingeniero por profesión. Editor de televisión y webmaster por oficio. Corrector de textos por afición y por solidaridad con quienes lo solicitan, y por física necesidad de decir algo con respecto a lo que en los medios se publica diariamente. Y aspirante a mejorador de comunicaciones escritas en donde sea necesario. Ésta puede ser una autobiografía breve y suficiente de Jairo Alberto García Sánchez, quien, nacido en Rionegro, criado en Medellín y residente en Bello, Antioquia, Colombia, plantea desde aquí una invitación permanente a quienes comparten el deseo de aportar al mejoramiento de los textos publicados en medios escritos y en páginas Web, principalmente, por medio de la presentación de casos concretos encontrados en cualquiera de las muchas fuentes posibles.

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  • Pues se quedó corto.Los horrores en titulares y en los pies de fotos se multiplican a diario, porque no hay quién corrija, o el presunto y mal pagado corrector tampoco sabe escribir.

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