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Por: Jorge Iván Cárdenas

Como en el billar, jugar a tres bandas requiere exigencia mental y potencializar habilidades. Aunque no necesariamente se debe impactar tres bandas diferentes, sí se debe impactar tres veces para lograr la carambola. En efecto, la diplomacia requiere habilidades similares, estudios estratégicos. Bien se sabe que el mundo está cambiando a escenarios multipolares, el liderazgo de Estados Unidos está entre dicho; se encuentra ocupado mirando de este a oeste, olvidando el sur. Biden ha mandado mensajes hacía Latinoamérica sobre ayudas al desarrollo, pero ¿cómo materializar esa ayuda? 

Primera banda: relocalización industrial y comercial verde.

Las dinámicas geoestratégicas ponen en disputa a China y Estados Unidos, se juega con la democracia y se genera temor de restringir la libertad. La estrategia oriental se basa en el mercantilismo y la coacción de rutas comerciales, para así poder reducir costos y abrir mercados de sus bienes y servicios. Por un lado, Latinoamérica está requiriendo políticas para la generación de oportunidades a escala local con el objetivo de mejorar el desarrollo, reducir la migración al norte y superar la pobreza; y por el otro, con el fin de ganarle a los asiáticos cuotas de mercado en el norte.

El nearshoring en Latinoamérica sería estratégico, en primer lugar, por la cercanía geográfica al coloso del norte, y, en segundo lugar, por la riqueza natural biodiversa que aquí existe. No es mentira que el mundo está tomando conciencia en un desarrollo más sostenible y amigable con el ambiente, pero la generación de innovación y desarrollo en estos temas requieren capacidades y habilidades que necesariamente pueden ser aportadas desde el norte, para así luego llevar bienes y servicios. Se dice que las economías verdes generan 6 empleos más que las tradicionales, y la pandemia aseguró una transición hacía un mundo más verde, digital, e incluyente. 

Segunda banda: Colombia ombligo de América, punta de lanza en Latinoamérica.

La región sur ya tiene antecedentes de inestabilidad, muy difícilmente los péndulos se hayan podido alinear en un mismo periodo de tiempo. La mayor promesa reciente fue la Alianza del Pacífico, pero, no más allá, las naciones latinas siguen persiguiendo objetivos divergentes sin considerar los riesgos geoestratégicos. Colombia además de ser el ombligo de América es la punta de lanza de Estados Unidos en la región. El constante apoyo en acciones contra la criminalidad, el fortalecimiento de los lazos comerciales, y la consideración de que bipartidismo norteamericano acumulará 200 años de relaciones bilaterales en 2022, que además se deberá profundizar más. 

La sostenibilidad de la región requerirá apoyo en políticas para la recuperación de forma sostenible e incluyente ¿No sería entonces un país biodiverso y desigual ejemplo para la región? Si en Colombia se adoptan y ejecutan políticas para mejorar el desarrollo doméstico, seguro empezará a ser un ejemplo de liderazgo en la región. Por ejemplo, el BID indica que alcanzar cero emisiones en el territorio podría crear 15 millones de puestos de trabajo netos para 2030. ¿Por qué Colombia siendo líder de instrumentos de influencia como el Pacto de Leticia, no toma el papel que la historia y la geografía le dio? 

Tercera banda: Los problemas domésticos de Colombia.

El hecho de que Colombia supere sus problemas domésticos la vuelve luz en la región. No obstante, además de los problemas estructurales de empleo y pobreza que muestran las cifras internas, se agudiza una crisis institucional que es alimentada particularmente por actividades criminales. Ejemplo, al cruzar los mapas de los núcleos de deforestación con las zonas PDET, es decir, las más afectadas por el conflicto, se evidencia una correlación entre la criminalidad y el daño al medio ambiente. Las principales causas ilegales son el narcotráfico, la minería ilegal, el tráfico de fauna y flora silvestre, entre otros. 

La principal crítica ante las operaciones que ha realizado el Estado en la protección de estas áreas ambientales, es que solo se centra en aspecto militares y no en alternativas para inversión social. Empero, como los recursos son limitados, sería bueno acogerse a instrumentos de cooperación ya existentes para fortalecer esta inversión, reducir la afectación ambiental, impulsar y crear nuevas alternativas de empleos y negocios verdes, entre otras interesantes políticas. Por último, ya existe una base, el Acuerdo de Cooperación Ambiental entre los Gobiernos de Colombia y Estados Unidos, firmado en el marco del TLC entre los dos en 2013, del cual poco se ha hablado en estos temas. 

En conclusión, atrayendo cooperación e inversión a través del nearshoring o instrumentos ya existentes, se podría solucionar aspectos transversales en la agenda de occidente, además de apoyar la estabilidad en la región latinoamericana, y resolver problemas domésticos en Colombia. 

Twitter & IG: Cardenas_iv

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